El poder de la lengua (1.ª parte)

Santiago 3:1-6
chisme
Keira Burton via imágenes pexel

INTRODUCCIÓN

Si hay un tema al que los creyentes deberían prestar muchísimo más atención y cuidado, es el de controlar lo que hablan, con quien lo hablan, el propósito para hacerlo y las consecuencias que podrían traer eso que están a punto de decir. Creo que el pecado que hemos minimizado más es nuestra época es el de LA LENGUA FLOJA, el de hablar por hablar o decir por decir. Hemos muchas veces olvidado el PODER QUE TIENEN NUESTRAS PALABRAS PARA: DESTRUIR UNA VIDA, MACHACARLA, HUNDIRLA O BIEN DEJARLA EN MAL ANTE OTRAS PERSONAS. Estamos ante una generación a la que se le ha enseñado a tener criterio para todo y eso en cierta medida no está mal. Sin embargo, es muy distinto opinar de todo (trabajo, economía, deportes, arte) a opinar de todos (personas, jefes, hermanos en Cristo, familiares, gente que nos ha dañado) ¡Es tan fácil pecar con la lengua! Solamente necesitamos otra persona igual de débil espiritualmente que nosotros para escucharnos, o bien solamente un momento de adversidad para explotar y comenzar a disparar ofensas e insultos a la persona más cercana que tengamos de frente. Santiago comienza desafiando a sus ovejas en el primer versículo del capítulo tres, diciendo que muchos aspiran al liderazgo en las Iglesias, sin entender que Dios demandará a aquellos que deciden ministrar en el cuerpo de Cristo (Pastores, maestros, y más) mayor responsabilidad y de no hacerlo CONSAGRADAMENTE, su disciplina será severa. No podemos por lo tanto menospreciar nuestra labor y debemos hacerlo con integridad. Y si hay algo en lo que MUCHOS DE LOS SERVIDORES DE DIOS TIENEN FALENCIAS ES EN EL DE CONTROLAR SUS PALABRAS Y LENGUA. De hecho, para Santiago el mal principal de aquellos que han sido salvos y comenzado a integrarse de lleno en la obra de Dios, es el del pecado de hablar de más y hablar de los demás. Para muchos creyentes es más fácil abandonar vicios y más que dominar su lengua ¿por qué esto es así? POR QUE NO HAN LLEGADO A LA CONVICCION QUE HABLAR MAL DE QUIEN ESTÁ AUSENTE, OÍR A ALGUIEN HABLAR NEGATIVAMENTE DE QUIEN ESTÁ AUSENTE ES PECADO Y ES UN PECADO TOTALMENTE CONDENABLE. TANTO ASÍ QUE MUCHOS HIJOS DE DIOS NO AVANZAN EN SU VIDA ESPIRITUAL POR LA FALTA DE DOMAR SU LENGUA. Esta lección está diseñada con el propósito de comprender que es una gran ofensa para el Dios Santo tener una lengua destructiva, a pesar que lo disimulemos muy bien. ¡CUÁN GRANDE ES EL PECADO DE AQUEL CRISTIANO QUE DAÑA LA REPUTACIÓN DE SU PRÓJIMO! No importa si se hace en una reunión familiar, en un café, si la conversación inició de manera inesperada, o se dio en la misma actividad de la Iglesia, SIGUE SIENDO SUCIO, DAÑINO Y PODRIDO UN CORAZÓN QUE SE PRESTA PARA ESO Y SE DEBE ARREPENTIR. 

1. ADMITAMOS EL PECADO DE OFENDER CON LA LENGUA. Santiago 3:1-4.
  • Para poder crecer y madurar en el camino de la Santidad, debemos arrepentirnos de nuestras faltas espirituales. Y para arrepentirnos es necesario buscar el rostro de Dios, confesar nuestra ofensa y pedir sabiduría DIARIAMENTE para no volver a la misma situación (Proverbios 28:13)
  • Si preguntásemos hoy ¿con cuánta frecuencia tenemos conversaciones de otros, sin estar ellos presentes? Tal vez todos diríamos nunca. Si preguntásemos ¿hemos estado sentado en una mesa donde se critica vorazmente a alguien sin estar la persona ahí? lo más probables es que diríamos casi nunca, o nunca. ¿Si dijésemos con cuanta frecuencia nuestras reuniones familiares o paseos con amigos se tratan de “comerse” a alguien? Seguramente responderíamos “en nuestro caso, nunca”. Sin embargo, Santiago dice que, los cristianos en general tienen el mal proceder de OFENDER REITERATIVAMENTE, esto quiere decir que somos muy dados a pecar de esa manera.
  • Muchos otros pecados como el odio, resentimiento, amargura, hipocresías, traiciones, iras, gritos, vulgaridades, obscenidades, chismes y mentiras, vienen como consecuencias de no saber controlar nuestra boca. Literalmente manchamos nuestra alma, al soltar las riendas de la lengua.
  • Santiago dice que, aquella persona que no presta sus oídos, sus labios, su casa, su tiempo, será alguien perfecto (más SANTO) Esto quiere decir que, el dominio de la lengua es un signo de madurez, fortaleza espiritual y control del Espíritu Santo, que le ayudará al creyente a afrontar todas sus tentaciones.
  • Hermanos, con nuestra lengua podemos descender a los infiernos del pecado, o acercarnos a los cielos en adoración real. Debemos decidir que deseamos hacer.
  • Santiago usa dos ejemplos para advertirnos de como se ve ante Dios, un creyente que no sabe controlar su lengua ¿quiere saber lo que piensa de nosotros, cuando nos prestamos a chismear, o desacreditar a otra persona? ¿Cuándo maldecimos a cielo y tierra porque estamos de un humor terrible?
    • Caballos sin freno (Santiago 3:3) Un caballo desbocado es un animal temible y capaz de atropellar a todo cuanto se lo ponga en frente. Pues un ser humano de lengua floja, por más título eclesiástico que posea (pastor, líder, maestro, consejero, y más) es exactamente igual de peligroso que el animal del que hablamos. No vale la pena tener un amigo así, no es Santo ni edificante estar tiempo con un familiar así. Sufriremos golpes espirituales, anímicos, emocionales y hasta físicos por conservar de cerca una relación con una persona de esas. Pastor ¿usted me está diciendo que debo alejarme de ese tipo? CLARO QUE SI, una de dos o le advierte que con usted no cuenta para chismes, o se aleja de una vez por todas.
    • Las naves del mar (Santiago 3:4) Son grandes, pero se controlan desde un pequeño timón. Pues de la misma manera podemos dirigirnos a los caminos de Santidad, controlando lo que hablamos, o bien conducirnos a las tempestades de los pecados más viles, por la misma razón, lo que sale de nuestra boca o escuchamos.
2. CARACTERÍSTICAS Y CONSECUENCIAS DE UNA LENGUA ENFERMA. Santiago 3:5-6.
  • Santiago hace una descripción muy pintoresca y vívida para que identifiquemos si nosotros mismos nos hemos contaminado al no frenar lo que decimos y oímos y también para que SEPAMOS DISTINGUIR a una persona que tiene problemas con lo que sale de su boca, y mejor alejarnos de ella.

  • Las personas que tienen problemas de lengua son aquellas que siempre les gusta crear polémicas para que terceros se enojen entre sí (un simple comentario puede traerse al suelo la imagen respetuosa que deben tener nuestros hijos de las autoridades). Son aquellas que no tienen problema en llevar a otros a la ira. Crean enemistades ¿cómo lo hacen? Con comentarios de este tipo:

    • “Viste lo que dijo esa persona de ti” Hermanos debemos ser sabios. Si alguien llega a decirnos algo parecido, es un hecho que no trae buenas intenciones, y que si usted realmente le importara, lo que hubieses hecho es defenderle, en el momento en que le hablaron de usted.
  • La lengua enferma es Fuego: Quema, hiere, arrasa, hace sufrir. La lengua daña relaciones amorosas, amistades fuertes, la hermandad en la Iglesia. Destruye relaciones familiares sólidas, es capaz de hacer cenizas Iglesias a punta de chismes. Si hay algo que divide congregaciones, son los chismes y los chismosos.

  • La lengua enferma es un mundo de maldad: Literalmente lo que significa esa frase es lo siguiente “LA LENGUA TIENE EN SÍ MISMA EL PODER DE TODAS LAS INIQUIDADES DEL MUNDO” todos los pecados nacen con nuestra lengua. Los asesinatos salen de una lengua que “mandó a matar” los adulterios comienzan con “conversaciones indebidas” Las ofensas se disparan de “una boca sin control” Incluso las herejías bíblicas salen de los labios de los lobos rapaces, en lugar de verdaderos pastores. Nuestra Santidad se marchita por la falta de control de lo que decimos y escuchamos, de nuestras conversaciones (No erréis; las malas conversaciones corrompen las buenas costumbres. I Cor 15:33) Tradiciones como comer los domingos en familia, se pueden cargar de pecado y perder en esa casa la bendición de Dios, a causa de una persona que no sabe refrenar sus labios y de otros que no tienen la valentía de detenerlo.

  • La lengua contamina todo: Una persona que no domina sus labios, aparte de ofender a otros daña su relación con Dios. Dios odia el chisme, la mentira, la difamación, las ofensas. Una persona que tiene características así, debe comenzar a sacar la podredumbre de su alma.

  • La lengua es inflamada por el infierno: Santiago nos dice claramente que detrás de cada ofensa, chisme, comentario negativo, detrás de cada mentira y demás está el mismo satanás, para destruir relaciones, para golpear el alma de nuestros hijos, al escuchar a sus padres maltratarles, con frases como: idiota, estúpido, y más. Matrimonios se vienen al suelo por hombres y mujeres tan carnales y débiles que lo único que saben sacar de sus labios son ofensas. LA LENGUA TODO LO PUEDE DESTRUIR.

 

CONCLUSIÓN

Hoy quiero cerrar este mensaje solamente con un versículo, espero que sea suficiente para que analicemos nuestras acciones.

Proverbios 12:18 Hay hombres cuyas palabras son como golpes de espada; Mas la lengua de los sabios es medicina.

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